Queridahija, hoy me dirijo a ti a través de estas palabras escritas con el anhelo de que puedan alcanzar los rincones más profundos de tu corazón. Hace tiempo que nuestra comunicación se ha desvanecido, y mi deseo de expresarte todo lo que siento se ha vuelto insostenible. Esta carta es un intento de romper el silencio que nos separa,
Entodo caso: lo importante es pasar por la vida amando. De ahí se deriva todo lo demás1.- Ama a tu familia: a aquella en la que naciste y te criaste (tus padres, hermanos) y a la que, ya maduro, elegiste formar: a tu mujer, a tus hijos. Y no olvides nunca que eres hijo de Dios. No esperes a que ‘truene’ -que lo hará- para recordarlo. u7Jc0.